¿cuándo?
El neoexpresionismo es un
movimiento pictórico surgido
a finales de los años setenta y principios de los años ochenta en Alemania,
desde donde se extendió por el resto de Europa y Estados
Unidos.
Es el primer movimiento de
posguerra alemán que se enfrenta a su propia historia, asumiendo el vacío de la
época nazi,
a la cual ironizan y ridiculizan.
Fuertemente vinculado a la transvanguardia italiana y
la figuración libre francesa,
este estilo surgió como una reacción contra el minimalismo y
el arte conceptual que predominaron durante
los años setenta.
El
neoimporesionismo busca continuar científica y racionalmente los conocimientos
que los Impresionistas manejaron de modo intuitivo y fortuito y continuar los trabajos sobre color y óptica
trabajados por Delacroix (muere en 1863) Las primeras obras hacen su aparición
en 1886, en la Octava Exposición Impresionista, con Seurat, Signac y C.
Pissarro como exponentes.
¿qué?
Es básicamente
un movimiento de reacción ante el Impresionismo:
habiendo agotado éste su intención estética, la única que tenía en realidad, se
ve incapaz de ir más allá. Sus veteranos, y los jóvenes pintores de París y
otros países europeos influidos por el nuevo estilo, se enfrentan a la
necesidad de abrir nuevas vías de investigación pictórica.
No fueron bien
acogidos por el público ni la crítica. Su nombre es un homenaje a la generación
anterior de pintores impresionistas que hicieron posible su técnica
(Neoimpresionismo) y también debido a su método de trabajo fragmentado
(Divisionismo).
Aunque fue un movimiento de corta
duración, éste gozó de una gran popularidad en su momento, en parte gracias a
la fuerte promoción que recibió por parte de gente importante dentro del medio
artístico de la época.
¿Cómo?
El neoexpresionismo destaca por
obras de gran tamaño, con una técnica agresiva: el "dripping",
pinceladas gestuales aplicadas violentamente sobre la tela. Generalmente son
obras figurativas, aunque sin rechazar la abstracción.
Utilizan gamas cromáticas amplias, con intensos contrastes cromáticos.
los artistas norteamericanos
utilizaban generalmente colores básicos muy saturados, formando manchas planas
o, líneas y contornos muy definidos.
Vuelve a cobrar importancia el
dibujo, que se había abandonado a favor de las manchas de color. Las figuras se
hacen geométricas. No se mezclan los colores ni en la paleta ni en el cuadro,
sino que se aplican unos junto a otros con pinceladas muy cortas: puntos. Sólo
usan los colores primarios y el ojo debe hacer la mezcla. Vuelven al estudio,
ya que sus cuadros requieren una larga elaboración, en ocasiones muy compleja,
que no se puede hace en un momento. La obra resultante suele ser rígida y
artificial.
Además, los pintores neoimpresionistas
siguieron tratando los temas de la vida moderna y del paisaje. Pero trataron de
superar al Impresionismo llevando al extremo el método impresionista de mostrar
los temas. Las obras de Seurat, Signac y Pissarro de esa época se basaban en la
elevación de la mezcla óptica a
principio supremo de la pintura. Se inspiraron en los escritos de Charles
Blanc, así como en las obras de investigadores del color como Chevreul, Sutter
o Rood. Pretendían elaborar sus obras con rigor científico. Fundamentalmente se
basaron en dos principios: 1)En la aplicación de pequeñas pinceladas
yuxtapuestas de colores lo más puros posible, para conseguir la mezcla óptica en la retina del
espectador. 2) En la ley de los
complementarios, que afirma que dos colores complementarios se realzan
mutuamente si se aplican yuxtapuestos sobre el lienzo en pinceladas
independientes, como en mosaico (y se oscurecen hacia un gris oscuro si se
mezclan en la paleta).
¿quién?
Max Beckmann: pintor y grabador
alemán. Estudia, desde 1899, en la Academia de las Artes de Weimar,
perfeccionando su formación en Florencia y en París, donde sienta las bases de
sus conocimientos sobre el impresionismo, y se
interesa por la pintura medieval y renacentista de Piero della Francesca y Signorelli.
En 1906 se une a la secesión berlinesa,
siendo un rebelde de las actividades de vanguardia de su generación. Su
actividad como voluntario del ejército en 1914 le hace transformar su estilo en
un expresionismo muy
personal, reflejo de un realismo descarnado
en busca de una intención filosófica mayor, cobrando las necesidades éticas
gran importancia: en esta época desarrolla un tipo de composición vertical, de
organización bidimensional, característica de toda su obra. En los años veinte
adopta una simbología enigmática que intenta combinar cristianismo y mitología
griega. Inspirándose en la tradición gótica realiza numerosos trípticos, entre
ellos: Partida (MoMA).
Durante la II Guerra Mundial la obra de Beckmann sufre las persecuciones que
los nacional-socialistas dirigen al arte moderno, instalándose en Ámsterdam en
1937 y donde permanece hasta 1947, cuando se traslada a EEUU. Ya en vida,
participa en numerosas exposiciones, considerándose sus trípticos la aportación
más sincera de la cultura alemana a la reflexión sobre la desorientación en el
mundo moderno. Su influencia es notable en el neoexpresionismo alemán
de los años ochenta.
Fuentes:
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